En una placa vitrocerámica convencional, una resistencia calienta el cristal y éste transmite el calor al recipiente. En una de inducción, en cambio, el calor pasa directamente a la base del recipiente gracias a una bobina que crea un campo magnético que atraviesa el cristal cuando se coloca sobre la placa un recipiente magnético. Esto significa que no emite calor hasta que entra en contacto con un recipiente ferromagnético y cuando este se retira, se apaga sola automáticamente y el calor cesa.
Las vitrocerámicas destacan por su limpieza y facilidad de uso, la gran ventaja la encontramos en la inducción que son hasta un 50% más rápidas, llegando a consumir hasta un 60% menos, son muy precisas y muy seguras ya que no calientan el cristal.
También puedes ya hacer una paella en una placa de inducción …… ya te contaremos cómo.